El desarrollo del Trastorno del Espectro del Autismo tiene una base genética aunque compleja, por lo tanto es erróneo decir, que la forma de relacionarse de la familia con el niño pueda generarlo. Hace unos años surgió el mito "madres nevera", culpando la falta de afecto recibido por los niños como una de las causas del Trastorno. Pero las evidencias científicas han demostrado la falsedad de esta afirmación, demostrando su componente genético. Es cierto que, el ambiente y la forma que cualquier niño tiene de relacionarse con él influye en el desarrollo, por ello la importancia de trabajar las emociones, la afectividad, habilidades sociales, normas, autonomía... Además, de tener en cuenta a la hora de trabajar, el entorno familiar para favorecer el desarrollo máximo de las potencialidades de cada uno.
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