Las personas con TEA no presentan ningún rasgo físico diferenciador en su apariencia externa.
Como hemos comentado anteriormente, el autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a tres áreas: social, conductual y rigidez e intereses.
La manifestación de este trastorno se produce a nivel conductual. Es decir, puede observarse por los comportamientos que presenta la persona con TEA, pero en ningún caso podremos detectar este trastorno por un rasgo físico característico.
Sin embargo, el TEA se puede presentar con comorbilidades (trastornos asodiados) que sí podrían tener un rasgo físico asociado, como por ejemplo el Síndrome de Down, pero éstos serían diferenciadores de la comorbilidad en cuestión y no del autismo.
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