Las personas con TEA tienen numerosas dificultades para adaptarse al mundo en el que vivimos, debido en parte a las necesidades sociales que presentan. Esto en ningún caso significa que vivan en su mundo o que este no les corresponda. Las personas neurotípicas seguimos unas normas sociales establecidas por el ser humano a lo largo de la historia y en ocasiones incluso nos comportamos de una forma concreta en ciertos contextos sin comprender la causa real o sin cuestionarnos por qué lo hacemos.
Por este motivo, las personas con TEA tienen dificultades en comprender estas estructuras sociales, lo que provoca a su vez que muestren dificultades para establecer relaciones interpersonales y desenvolverse en su día a día.
Las personas con TEA tienen numerosas dificultades para adaptarse al mundo en el que vivimos, debido en parte a las necesidades sociales que presentan. Esto en ningún caso significa que vivan en su mundo o que este no les corresponda. Las personas neurotípicas seguimos unas normas sociales establecidas por el ser humano a lo largo de la historia y en ocasiones incluso nos comportamos de una forma concreta en ciertos contextos sin comprender la causa real o sin cuestionarnos por qué lo hacemos.Teniendo en cuenta todo esto, es fundamental que adaptemos el entorno de forma que todas las personas podamos disfrutarlo y no haya presencia de barreras o situaciones excluyentes. Además, desde el punto de vista profesional, debemos facilitar pautas a nuestros niños y niñas para que comprendan ciertas situaciones sociales y puedan desenvolverse con soltura en ciertos contextos. Es esencial que seamos comprensivos y empáticos con las necesidades que podemos presentar en todos los ámbitos. Por ello, la adaptación del entorno es el pilar fundamental para el cambio de la sociedad. Algunas de estas medidas podrían ser, por ejemplo, el uso de pictogramas como algo cotidiano y presente en cualquier lugar, semáforos sonoros, marcas visuales en el suelo, ...
