En el post de hoy vamos a hablar de algo muy importante en nuestro día a día, las emociones. Aunque a veces no seamos muy consciente de la involucración de estas en nuestra vida son una pieza clave en nuestro desarrollo y en la convivencia con los demás. Es esencial que tengamos un manejo adecuado de ellas para lograr comprendernos a nosotros mismos y en consecuencia aumentar nuestra empatía y comprensión hacia los demás.
Los padres y madres de personas con diversidad funcional son un claro ejemplo de superación emocional, ya que en un primer momento es normal que experimenten un desajuste en su registro emocional a la hora de recibir un diagnóstico de discapacidad, os imagináis la multitud de dudas que os surgirían si vosotros mismos experimentarais esa situación en vuestro/a hijo o hija. Pensad que si a veces ciertas situaciones a penas banales nos producen un desajuste emocional, imagínense la alteración que se produce al recibir una noticia que modifica todos tus planes y visiones de futuro en una décima de segundo. Pero ante este desajuste es necesario un gran proceso de trabajo personal, pensando en la necesidad de pedir ayuda para evitar que su calidad de vida se vea tan alterada que pudiese perjudicar al propio niño/a con diversidad funcional como a toda la familia. Es esencial pensar que su hijo/a es un, que igualmente que muchos otros, necesitan de ayuda externa para mejorar sus dificultades, bien pequeñas como por ejemplo una mejora de la visión visitando a un oftalmológico como ha dificultades mayores, como podría ser un hijo/a con TEA. Si somos capaces de afrontar la situación desde una visión realista y sin miedo a la presión social, pensando simplemente en el bienestar de la familia y del niño/a, podrán mejorar su convivencia y afrontar la situación con ciertos mecanismos y, junto con pautas y recursos que facilitarán este proceso, los padres podrán mejorar su bienestar emocional, ya que comprenderán mejor a sus hijos/as.
Hoy en día contamos con numerosas asociaciones y ayudas económicas que pueden facilitar la visita a centros que les ayuden y apoyen en el proceso de desarrollo del niño/a, así como en la convivencia con los restantes miembros de la familia.
En el caso del Trastorno del Espectro Autista, un recursos muy útil será el trabajo de las emociones en casa, ya que ayudará a mejorar la expresión de emociones por parte de hermanos/as, padres y madres, e incluso abuelos/as, y por supuesto del niño con TEA ya que adquirirá un mayor reconocimiento de las emociones y podrá mejorar su comprensión social, y a su vez, los restantes miembros de la familia se involucran en el proceso de aprendizaje y mejoran su capacidad de expresar sus emociones, y así poder evitar ciertas situaciones en familia. Debemos tener en cuenta que las emociones adaptan nuestro organismo a lo que nos rodea, y tener un miembro de la familia con TEA no puede ser un símbolo de vergüenza o culpabilidad, debe ser un síntoma de adaptarnos a la nueva situación y lograr tomar aquellas decisiones que sean beneficiosas para toda la familia.
El libro el emocionario es considerado por algunos especialistas como un apoyo pedagógico elemental, ya que permite a los niños/as desde la primera infancia a conocer sus emociones y dialogar sobre sus sentimientos.
Un consejo es que visitéis la página Web palabras Aladas en la que podréis encontrar un fantástico itinerario de como emplear el material de los tres a los 12 años, así como emplearlo en diferentes contextos, resaltando un apartado dirigido a actividades a realizar en casa.
El precio del libro ronda entre los 17 y 18 euros.
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