1. Alfombra sensorial
Esta alfombra es de elaboración casera. Para elaborarla cogimos diferentes elementos con distintas texturas pegándolos encima de piezas de puzle infantil de colocar en el suelo.
En las sesiones en niño/a se descalza y camina sobre la alfombra siguiendo nuestras instrucciones y experimentando las diferentes texturas.
2. Perlas de agua.
Esta es una actividad muy divertida, lleva bastante tiempo por lo que se puede hacer en diferentes sesiones. En la primera debéis mostrarle las perlas y preguntar que creen que pasará si las metemos en agua. Una vez introducidas en agua podremos ir observando cómo se van hinchando. Como tardan un tiempo en inflar, esperaremos a la siguiente sesión para jugar con ellas, sacándolas del agua y tocándolas. La textura que tienen es muy relajante y estimulante.
En el caso de que nuestros usuarios tengan muchas necesidades llevaremos ya las perlas infladas y se las presentaremos en un recipiente, le mandaremos al niño/a que las toqué, las lanzaremos desde una cierta altura viendo como saltan al chocar con el fondo del recipiente, e incluso, podremos ayudar a descalzar al usuario para que introduzca los pies en el recipiente junto a las perlas. La sensación de humedad en los pies es muy estimulante, aunque debemos tener en cuenta que aquellos usuarios con dificultades en el control de esfínteres se pueden sentir demasiados estimulados.
También se pueden meter las bolas en bolsas herméticas para jugar con ellas.
3. Pasta de colores
Cogemos diferentes tipos de pastas o incluso arroz, los coloreamos de diferentes colores. Una vez que ha secado podemos jugar con ellos para discriminar colores, trabajar el conteo, y experimentar las diferentes texturas en las manos. Podemos también coger diferentes cartulinas y poner cada pasta encima de la cartulina que le corresponde según el color.
1. Enredo sensorial pelos.
Material sensorial con una textura muy agradable. Se puede emplear para trabajar el autoconcepto metiéndolo por diferentes partes del cuerpo (manos, brazos, piernas, pies, cabeza, orejas…). Además, se puede usar como recurso de estimulación para los cambios de actividad y para disminuir la ansiedad en momentos de nerviosillo o problema conductual.
2. Pelota sensorial y aros con pinchos
Estos materiales además de ser útiles para la estimulación sensorial táctil también son muy importantes para el trabajo psicomotor. Gracias a sus formas variadas te permiten trabajar las diferentes partes del cuerpo con solo pasarlos por el cuerpo, sintiendo los pinchos y las diferentes formas.
Puedes lanzarlos, cogerlos, correr hacia ellos, darle patadas para que sigan una trayectoria o incluso jugar con ellos en la oscuridad ya que algunos tienen luz.
4. Juego táctil
Juego muy conocido del Tiger, está compuesto por una ruleta con animales a los que se le asigna una determinada textura. Cuando lanzas la ruleta debes buscar en una bolsita la pieza del animal que se corresponda mediante el reconocimiento de la textura con solo emplear las manos.
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